Secuestrar, torturar, grabar

Los abusadores actuales

Todos conocemos a los gatos callejeros en nuestras ciudades, sabemos que sus vidas no son fáciles. Pero también siempre han existido personas que se preocupan por ellos o al menos en el momento de conocerlos son amables.

Imaginate ver a uno de ellos, un gatito pequeño, que siempre ha recibido las carantoñas y las golosinas de gente que lo ve, en este caso viviendo en China. Acostumbrado a recibir comida o al menos caricias de extraños, el gatito se pasea por las calles y algunos ciudadanos le dan cositas para comer, otros sacan el móvil y hacen sus publicaciones para sus redes sociales.

Hoy el gatito olio una comida, nadie le llamó pero ve que el plato está fresco y acude. Al acceder a el, nota una palanca y una puerta cae tras su colita. Es un gato que va a protagonizar la próxima película de tortura de una persona que forma parte del grupo de tortura de la dark web.

Imagina otro gato, criado con todo el amor en una casa donde se dedican a recoger gatitos o su gata tuvo cachorros. Ellos ponen un anuncio en la web y piden hogares amables y comprometidos que cuiden de los gatitos que acaban de tener en su casa.

Un extraño les escribe y quiere tener uno o dos de ellos, no da muchos detalles pero parece buena persona. Ellos se reúnen y le dan los gatitos. Cuando pasados unos días ellos quieren saber sobre los gatitos entregados, la persona que les adoptó les dá excusas vagas, dice que ya no los tiene, en otros casos disimula, en otros hasta se oye a los gatitos gritar asustados.

En una imagen que subió un activista ellos vieron gatitos sospechosamente parecidos a los suyos ser ahogados dentro de una jaula.

Las personas que se dedican a robar gatos y torturarlos ante la cámara son fundamentalmente ciudadanos chinos organizados en una red que comprende varias tecnologías.

Sus líderes piden que los candidatos a formar su grupo efectúen torturas y les dan consejos de cómo hacerlo para que los gatos “duren más”.

Su organización se basa en varias páginas web, escondidas en la deep web, que llevan a salas de chat donde se comparten videos o incluso matan en streamings en vivo.

Los gatitos y las madres gatas son estrellas en este atroz espectáculo. Son más dóciles y causa aun más horror verles su miedo y dolor en sus rostros.

Una vez que son muertos, se desechan como basura en contenedores, en buzones donde van ladrones de vez en cuando para aterrarlos. Pero sobre todo donde más lo disfrutan es ante las cámaras de #hellostreetcat.